Sezony 2006-2011

INVESTIAGACIONES DEL SECTOR NORTE od1

Grupo Norte 

Los trabajos de excavación efectuados por el Proyecto Arqueológico Nakum en la parte norte se llevaron a cabo entre los años 2006 y 2010 y se centraron principalmente en la exploración del Grupo Norte. Este complejo se encuentra en el extremo norte del área monumental del sitio. Está formado por una plataforma grande sobre la cual hay un patio limitado al sur por un palacio de 14 cámaras (Edificio W), al norte por una plataforma grande (Edificio 99) y al este y oeste por al menos dos plataformas muy bajas que probablemente sostuvieron construcciones hechas con material perecedero (Edificios 98 y 100). Los trabajos arqueológicos realizados en el Grupo Norte se centraron principalmente en la exploración de una pirámide de escaso tamaño, denominada Edificio 99. Durante los mismos en la parte superior del Edificio 99 se descubrieron los vestigios de tres edificios, en cuyo recinto se encontraron múltiples vasijas, hachas (conservadas enteras o fragmentadas), puntas de lanzas, figuritas y otros monumentos. Las investigacones demostraron que los mencionados edificios se fechan para el Clásico Terminal (alrededor de s.IX-X d.C.), esto es, en la época que se caracteriza, por una parte, por el brusco colapso de varias ciudades mayas, situadas en las Tierras Bajas del sureste de México, Guatemala del Norte y Central, Belice y Oeste de Honduras, y, por otra, por un intenso florecimiento de Nakum. El desarrollo de Nakum en ese periodo tan difícil para la cultura maya puede derivar de su favorable ubicación a orillas del río Holmul, por aquel entonces una de las fuentes de agua más importantes, además de ser el trayecto de comunicación clave en el sur de las Tierras Bajas mayas. En 2007, cerca de los tres edificios encontrados en la parte superior del Edificio 99, se abrió un pozo de sondeo de 2×2 m, que llegaba hasta el basamiento de dicha estructura. El mencionado pozo permitió realizar un grandioso descubrimiento: dos ofrendas a una profundidad de 7 m bajo la cima de la construcción (las denominados Ofrendas 8 y 9). Dichas ofrendas albergaban, entre otros, un hallazgo único en las tierras mayas: nueve cabezas de barro crudo, que representaban deidades mayas, así como adornos de jade, entre ellos dos en forma de cabeza de mono, discos de cerámica, cuentas elaboradas de huesos y un tubo cilíndrico con dos tapas (lo más probable es que se utilizara como colmena). Son principalmente las cabezas de barro crudo, que supuestamente representan a las deidades del mundo subterráneo maya, las que merecen especial atención. Además, una de las ofrendas (la no. 9) contenía una espina de manta raya con bordes afilados y dentados, utilizado por los Mayas para el ritual de extracción de sangre. De hecho, es muy probable que a la vez de depositar la mencionada ofrenda, un soberano o un sacerdote efectuara un ritual de extracción de sangre. Las ofrendas estaban situadas hace más o menos 2 mil años en el eje de la escalera principal de una antigua construcción hallada bajo el Edificio 99 y, al menos una de ellas se depositó como ofrenda fundacional antes de la construcción del mencionado Edificio 99. 

od3EXPLORACIÓN DEL SECTOR SUR Excavaciones en la Pirámide 15 

Las investigaciones realizadas por los arqueólogos en la parte sur de Nakum se centraron en el patio más grande de un vasto conjunto llamado Acrópolis (denominado Patio 1). Dentro de las exploraciones precedentes, realizadas en el marco del Proyecto Triángulo  del IDAEH, se investigaron todas las construcciones emplazadas en torno al Patio 1, excepto dos pirámides de escaso tamaño (denominadas por los arqueólogos Edificios 14 y 15), que se encontraban en un avanzado estado de deterioro, absorbidas prácticamente en su totalidad por la selva. En la temporada de 2006 los arqueólogos realizaron uno de los hallazgos más espectaculares en la Pirámide 15, de aprox. 12 m de altura, situada en el lado oriental del Patio 1. Las investigaciones efectuadas en dicho lugar tenían por objetivo conocer estadios constructivos del Edificio 15 y comprobar la hipótesis según la cual la pirámide podría albergar un entierro real. En algunos sitios mayas las tumbas de los altos dignatarios y soberanos con frecuencia se situaban precisamente en el interior de las pirámides, ubicadas en el lado oriental de las plazas, debido a que los mayas creían que el este estaba vinculado al sol renaciente y a la resurrección. Dicha hipótesis resultó ser cierta; a lo largo de las exploraciones realizadas en la cima del Edificio 15, los arqueológos encontraron una tumba real de inmensas dimensiones. Las primeras lajas que cubrían la cámara funeraria se levantaron la noche del 6 al 7 de junio de 2006 y a continuación los arqueólogos pudieron apreciar vasijas, los restos de un esqueleto y cientos de adornos de jade, entre los que, por su tamaño y exuberancia, destacaba un pectoral de jade. El jade era el mineral más valorado por los mayas, con frecuencia llamado por los investigadores “el oro de los mayas”. Los citados hallazgos confirmaron que la tumba no había saqueada con anterioridad a pesar de la existencia de dos saqueos que con dicho fin se habrían excavado en la parte oriental superior de la pirámide. Los saqueadores habrían interrumpido la excavación antes de llegar a la tumba. Una vez confirmado que se trataba de una tumba, los investigadores empezaron a recibir inquietantes noticias sobre un gran grupo de saqueadores que merodeaban por la selva en la zona de Nakum. Por este motivo, los arqueólogos decidieron levantar una carpa en la cima de la pirámide, justo al lado de la excavación, a fin de vigilar sus hallazgos e iniciar al alba una exploración. La tumba albergaba varias vasijas de cerámica (incluido un cuenco con la imagen del Dios del maíz danzante, una de las deidades mayas de mayor relevancia), así como más de 460 cuentas de jade y conchas, que formaban más de 10 collares y otros adornos. Es particularmente interesante un plato de aproximadamente 40 cm de diámetro con la imagen del Dios del maíz, un ejemplo del estilo denominado Tikal Dancer. Hasta la fecha y durante los trabajos arqueológicos sistemáticos realizados en tierras mayas se habían descubierto muy pocas vasijas del mismo estilo. Otro conjunto, de más de veinte vasijas similares, procede de actividades saqueadoras y por ello se desconoce su origen exacto. En el pecho del difunto, debajo de un exuberante collar de jade formado por varias cuentas, se hallaba un pectoral de jade de valor inestimable, con la imagen de la cara de un hombre grabada por un lado, y, con una serie de jeroglíficos, por el otro. Tal y como confirmaron los análisis efectuados por especialistas en epigrafía, y, en especial, por Simon Martin del Museo de la Universidad de Pensilvania, el primer glifo se refiere a la denominación del pectoral, aspecto muy interesante debido a que se conocen muy pocos artefactos que porten un nombre propio. El segundo y el tercer glifo constituyen un conjunto y significan el nombre del reino (Yaxa) y el título real de un soberano desconocido hasta entonces, cuyo nombre puede leerse como Ixim Chan (“Dios del maíz-serpiente”). El entierro descubierto en el Edificio 15 es la primera tumba real encontrada en Nakum. Se fecha en el s. VII o entre los siglos VII y VIII d.C., esto es, una época de intenso florecimiento de la civilización maya. No obstante, se sabe que el pectoral colocado en el pecho del difunto data del periodo del Clásico Temprano (IV o V s. d.C.) y que los miembros de la familia real lo guardaban probablemente como un recuerdo familiar importante. El descubrimiento de las tumbas reales mayas no saqueadas constituye una verdadera excepción, dado que durante decenas de años los saqueadores revolvían con violencia y de forma sistemática múltiples sitios de dicha cultura en busca de objetos de valor. Las recientes investigaciones apuntan a que el Entierro no. 1 se colocó en el interior de una de las dos cámaras pertenecientes a un templo más antiguo, situado en la cima del Edificio 15. El difunto de la tumba habría sido seguramente uno de los soberanos más importantes de Nakum, lo cual se desprende no sólo de la rica dotación de la tumba y la ubicación de la misma en el recinto de la pirámide, sino también de otras múltiples ofrendas depositadas junto al sepulcro en el momento del entierro, que probablemente serían obsequios al difunto. En 2008 se descubrieron dos de dichas ofrendas debajo del piso de una de las cámaras del templo, situada junto a la tumba. Una de las ofrendas estaba compuesta por nueve puntas de pedernal, de entre las que al menos cuatro estaban pintadas de azul (Ofrenda 12), color que los mayas asociaban con las ofrendas: antes de matar a los cautivos destinados al sacrificio se les pintaba precisamente de azul. Por consiguiente, no se puede excluir que dichas puntas desempeñaran una función ritual. Junto a las mismas se hallaba un gran plato, que posiblemente se utilizaba para preparar tortillas de maíz, y en cuyo interior se encontró una cuenta de jade. Todo estaba cubierto con otra vasija colocada boca abajo. Ya en 2006 los investigadores detectaron largas grietas en el piso de la tumba real del Edificio 15, lo cual sugería la existencia de otros espacios vacíos, tumbas u ofrendas, situados debajo de la cámara. A fin de explorar la pirámide con más detalle, los investigadores decidieron abrir un pozo para llegar hasta el mismo fondo de dicha construcción. A unos metros por debajo de la tumba se encontraron los vestigios de una jamba perteneciente a un templo más antiguo, debajo de la cual se descubrió a su vez, una tumba emplazada en una cripta (Entierro no. 2), en cuyo interior se hallaba el esqueleto de una mujer adulta. La cabeza de la mujer se había colocado en un gran cuenco pintado y tapado con otra vasija pintada invertida. El entierro se fecha aproximadamente en los ss. II-III d.C. (el llamado periodo Protoclásico, hasta hoy día uno de los periodos de la historia maya menos conocidos). El entierro en cuestión se relaciona con uno de los primeros estadios constructivos del Edificio 15. Las vasijas pintadas colocadas en el sepulcro constituyen una verdadera obra maestra del arte cerámico y un hallazgo especialmente inusual. La ubicación de dicha tumba junto con su dotación pueden sugerir que la persona enterrada formaba parte de la familia real local.

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Friso de estuco, canal y vasija para beber cacao. Exploración de la Pirámide 14 

Los planes de los arqueólogos polacos contemplaban también la exploración del denominado Edificio 14, una pirámide de escaso tamaño, situada al sur de la Pirámide 15. En 2007 se encontraron tres cámaras abovedadas en el interior del Edificio 14, a una profundidad de aprox. 5 m. Dos serían estancias pertenecientes a un palacio o templo, mientras que en el caso de la tercera cámara lo más probable es que ésta haría las veces de sepulcro, donde se hallaría supuestamente una tumba real o una cámara utilizada como capilla funeraria, en la que permanecían los cadáveres de los miembros de la familia real antes de ser depositados en el correspondiente sepulcro. Por desgracia, posiblemente todavía en la época precolombina, la cámara fue saqueada. No obstante, se descubrieron en su interior numerosos fragmentos de vasijas, dientes humanos y fragmentos de relieves modelados en estuco que adornaban la fachada de una construcción desconocida. Bajo el pisoo de la referida cámara se encontró un friso de estuco, parcialmente conservado, pintado de rojo, negro y rosa, actualmente de una altura de aprox. 1 m. En el mismo se distinguen las piernas de dos personajes (soberanos o seres mitológicos; puede tratarse incluso de los Hermanos Gemelos conocidos por el libro Popol Vuj) y unas patas animales de tamaño imponente pertenecientes a una deidad monstruosa o a un enano. El friso data del periodo Protoclásico (alrededor del s. II-III d.C.) o de principios del llamado periodo Clásico Temprano (s. IV-V d.C.). Conforme a lo señalado con anterioridad, el periodo Protoclásico es el menos conocido de la historia maya. Las investigaciones realizadas en Nakum, durante las que se encontraron entierros, ofrendas y el mencionado friso del periodo Protoclásico, brindan una oportunidad de conocer mejor dicho periodo y establecer con precisión su marco cronológico. En 2008 se realizaron ulteriores descubrimientos de gran relevancia en las paredes occidental y septentrional de la Pirámide 14, donde los arqueólogos hallaron un canal de ingeniosa construcción en forma de una gotera de piedra. Probablemente dicho canal evacuara al exterior de la pirámide el agua proveniente de sus altas terrazas. Asimismo, es posible que desempeñase una función ritual. La forma como se construyó ese canal indica que podría utilizarse en espectáculos especiales (a los que asistía probablemente el mismo soberano), relacionados con el culto al agua y montaña sagrada contemplados por la población agrupada en el cercano Patio 1. Del recinto de la Pirámide 14 proceden también bellísimos hallazgos de cerámica. La superficie de una de las vasijas encontradas está decorada con jeroglíficos estilizados (los llamados pseudoglifos). El análisis del texto jeroglífico procedente de los fragmentos de otra vasija sugiere que servía a uno de los soberanos o uno de los más altos dignatarios para tomar cacao (kakaw), bebida destinada exclusivamente a las clases más altas. 

Jarosław Źrałka, Bernard Hermes y Wiesław Koszkul

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